Lo que creemos

Declaración de fe

Lo que Creemos, lo que vivimos, lo que confesamos…

1. La inspiración de las Escrituras.

Que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada e infalible, la autoridad final para toda cuestión de fe y práctica. (2ª Timoteo 3:15-16 – 2ª Pedro 1:19-21).

2. El Dios único y verdadero.

Creemos en un solo Dios eterno, existente en tres Personas (Deuteronomio 6:4 – Marcos 12:29).

3. La deidad de Jesucristo.
Jesucristo es Dios, no es un ser creado, es eterno. (Hechos 3:14-15 – Hechos 2:32-33).

4. La salvación del hombre.
El amor y la gracia de Dios se ha manifestado a todos los hombres. El hombre puede obtener el perdón de sus pecados si acepta a Jesucristo como su Salvador personal.

5. El bautismo en agua.
Es un mandamiento bíblico, es un símbolo de muerte y resurrección. Es un acto público de nuestra entrega a Cristo. (Mateo 28:19 – Hechos 2:38).

6. La Santa Cena.
Este hecho consiste en participar regularmente del pan y del vino, como símbolos del cuerpo y de la sangre de Jesucristo. Con ello recordamos su muerte y su resurrección y proclamamos su segunda venida (1ª Corintios 11:26).

7. La Iglesia.
Está formada por todos los redimidos por la sangre de Jesucristo de todas partes del mundo. Es la Esposa y Cuerpo de Cristo (Efesios 1:22).

8. Los dones del Espirítu Santo.
Dios ha dado dones a su Iglesia para que las necesidades espirituales de la misma sean suplidas. (1ª Corintios 12:1-12 – Romanos 12:6-8).

9. El Arrebatamiento y la Segunda venida de Cristo.
Jesucristo regresará a la tierra, tal como lo prometió, para juzgar y gobernar a todas las naciones en el reino de Dios. Su segunda venida será visible y con poder y gloria. Este acontecimiento dará inicio a la resurrección y a la recompensa de los santos.

(Juan 14:3; Apocalipsis 1:7; Mateo 24:30; 1 Tesalonicenses 4:15-17; Apocalipsis 22:12)

10. El Juicio Eterno.
Al final de la era, Dios reunirá a todos los vivos y los muertos ante el trono celestial de Cristo para el juicio. Los justos recibirán gloria eterna y los injustos serán condenados al lago de fuego. En Cristo, el Señor ha hecho provisión misericordiosa y justa para todos, aun para aquellos que en el momento de su muerte parecen no haber creído el evangelio.

(Mateo 25:31-32; Hechos 24:15; Juan 5:28-29; Apocalipsis 20:11-15; 1 Timoteo 2:3-6; 2 Pedro 3:9; Hechos 10:43; Juan 12:32; 1 Corintios 15:22-28)

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